Para abrir por la tarde o para tomar durante toda una noche de verano. Fresco, liviano, muy armónico y suave. Y encima viene en una botellita justa para abrir en cualquier lado y prescindir de las copa. Muy friendly para un picnic, una terracita, un patio o una veredita al sol. Ideal tenerlo bien frío y si la cosa se va a estirar, tener hielo a mano para enfriar esas botellitas. Va muy bien tanto como un aperitivo, así como una bebida principal si el plato es vegano o bien liviano, y ni hablar lo limpio que es con postres manteniendo la tónica de lo dulce pero sin empalagar.
En cuanto a notas: fresco, frutal tanto en boca como en nariz, vas a sentir el aroma del durazno y la fruta madura en boca. Acidez natural, justa, limpia. Burbujas finas de la fermentación natural. Método de producción pétillant naturel, pero frisante (una nota más italiana) en sabor, lo bajo de volumen alcohólico y el nivel de azúcar. No tiene sulfitos agregados en ningún momento de la producción, así que preferible beberlo y no guardarlo por siempre porque está hecho para capturar los sabores de la temporada de un manera efímera, como los instantes de la vida que hay que disfrutar ahora.
Está hecho con uvas de cosecha temprana de Malbec y Tannat en los viñedos de Chakana en Agrelo, Luján de Cuyo, Mendoza. Esta magia viene en 355ml, es de Chakana (quienes desde el 2012 hicieron la transición a una agricultura sustentable, certificada orgánica y biodinámica) y sus enólogos Gabriel Boise y Facundo Bonamaizon, quienes vienen haciendo cosas maravillosas.
